Al igual que ya ocurriera con las bombillas incandescentes en 2016, los halógenos se despedirán muy pronto del mercado. El 1 de septiembre de 2016 entrará en vigor la normativa europea que prohíbe la comercialización de focos halógenos.
Esta entrada en vigor no supondrá la desaparición de estos elementos de iluminación, sino que continuarán a la venta hasta final de existencias. La medida afecta, principalmente, a las lámparas halógenas de algunos focos -habitualmente los que se usan en tiendas- no a los que se instalan en viviendas, que podrán seguir vendiéndose hasta 2018.
El objetivo de esta prohibición es la potenciación de tecnologías más eficientes, fundamentalmente LED, que en la actualidad suponen el 50% de las ventas y que permitirán aumentar la eficiencia energética y la durabilidad de los dispositivos.
La industria prevé una correcta eliminación de estos dispositivos en España en los plazos previstos por la Comisión Europea y con la tecnología LED como principal sustituto.
Según la Comisión Europea, la instalación de iluminación más eficiente permitirá a los usuarios ahorrar una media de 115 euros durante la vida de uso de las bombillas de nueva generación, al mismo tiempo que se reducirá, en términos globales, el equivalente al consumo anual de electricidad de Portugal.