Desde el 1 de septiembre, se han dejado de fabricar las bombillas incandescentes de toda la vida y pronto, en cuanto se agoten las existencias de las tiendas, dejaremos de usarlas para siempre. Las bombillas LED, entre otras candidatas, quieren posicionarse para ocupar el lugar de las viejas bombillas.
La iluminación LED ha avanzado mucho en los últimos tiempos y, actualmente, es posible utilizar esta iluminación en el 90% de los dispositivos actuales: iluminación en hogares, oficinas, tráfico, faros de automóvil, teléfonos móviles… Debido a su reducido tamaño y la variedad de colores que son capaces de generar, su uso es cada vez más frecuente.
Las bombillas LED tienen importantes ventajas:
-Eficiencia energética: El consumo eléctrico se reduce entre un 80% y un 90%, con el consiguiente ahorro en nuestras facturas.
-Mayor durabilidad: La duración media de una lámpara Led se sitúa en torno a las 45.000 horas frente a las 2.000 horas de una bombilla tradicional.
-Medio ambiente: Las lámparas Led son reciclables y cumplen con la normativa europea en referencia a sustancias contaminantes.
-No desprenden calor: Esto permite el uso en lugares reducidos donde esa acumulación de calor puede provocar una pérdida de confortabilidad.
-Mantenimiento reducido: Por su larga durabilidad nos evitará el estar continuamente cambiando y revisando el estado de nuestras bombillas.
Como desventaja, podemos encontrar su precio, sin embargo, en este punto debemos considerar que se trata de un coste amortizable tanto en la factura de la luz como en el gasto en posteriores bombillas.