¿Quién no ha escrito alguna vez en la humedad que se genera en nuestras ventanas en los días de invierno o de lluvia? En realidad se trata condensación y no es algo positivo ni para las propias ventanas ni para el hogar.
La condensación es el resultado de un alto nivel de humedad que, en contacto con una superficie más fría como puede ser el cristal de la ventana, genera una especie de niebla. Las ventanas, al estar en contacto con el exterior, son una de las superficies más frías de la casa. Es algo similar a lo que ocurre con los espejos cuando se empañan tras una ducha caliente.
La humedad se genera por un exceso de vapor de agua en el aire. Actividades como cocinar, lavar la ropa o la vajilla generan unos 2Kg de vapor de agua al día. Los cambios estacionales, los cambios rápidos de temperaturas o las obras y reformas en la casa, también pueden añadir un exceso de humedad temporalmente en el aire.
¿Quieres evitar esta condensación en las ventanas? ¡Toma nota de estos consejos!
– Asegúrate de que la ventilación hacia afuera funciona correctamente y utiliza los extractores de la cocina y el baño mientras estés realizando tareas que generen humedad, como la cocina o las duchas.
-Ventila tu cocina, cuarto de baño y lavandería mientras lo usas o justo después. Porque el aire exterior, normalmente contiene menos vapor de agua, lo que “diluirá” la humedad del aire interior.
-Airear es otra de las tareas que puede ayudarte a evitar la condensación. Abriendo las ventanas limpiaremos la atmósfera interior de la vivienda, reduciendo la cantidad de humedad.
-La calefacción de tu casa reducirá la humedad relativa siempre y cuando sea un calor seco.
-Si el problema persiste, existen en el mercado los deshumidificadores, aparatos destinados a reducir o eliminar la humedad presente en el ambiente.
Si, por el contrario, tienes en casa un humidificador, asegúrate que lo utilizas durante justo el tiempo que necesites.
-Instala ventiladores en el techo para hacer circular el aire por dentro de tu casa.